viernes, 13 de noviembre de 2020

ARTÍCULO DE NELSON FERNANDEZ FRANCESCH


  

 

 MIRAR A LA CARA ES PRECISO. IDEAS EN TORNO DE “ FRATELLI TUTTI” DE FRANCISCO


NELSON MILTON FERNANDEZ FRANCESCH

 

“ La razón oculta de que el amor nunca muestre a nadie del todo su rostro estriba en que es un pájaro de la preeternidad. Después de que éste ha llegado hasta aquí, es un viajero hacia la posternidad. No se muestra aquí al ojo de la temporalidad, pues no toda casa es adecuada para nido suyo, pues recibió un nido de la excelsitud de la preeternidad. De vez en cuando regresa volando a la preeternidad y se va tras el velo del muro de separación de su excelsitud y poderío. Pero nunca se ha mostrado enteramente el rostro de su belleza al ojo del saber, ni lo mostrará, a causa de este secreto “ ( Ahmad- i Gazzali, Aforismos, siglo XII d.c. ).

 

         Escribí estas líneas hace, ya, varios años y, como se verá, omití detallar las fuentes de donde extraje las citas; la lectura de la nueva Encíclica de  Francisco, en lo referente al tema del tarbajome hizo recordar algunas ideas que entonces sostuve y que hallan en las palabras del Pontífice nuevo lugar donde abrevar otras que las sigan. El amor es, solo él, el Bien, dice Simone WEIL, que mueve sol y estrellas, como decía ARISTOTELES y el trabajo, más allá del concepto de sufrimiento que la etimología indica, es el que “define “ la materia, según LEVINAS : “ el poder de la mano que agarra o que muele o que oprime ( esa materia ) lleva el elemento  no a un infinito a cuyo respecto se definiría la cosa, pero a un fin en el sentido de destino, al destino de la necesidad “ y esa necesidad no es solo mía, sino, también, del otro, al cual se lo encuentra en la justicia. Si, como escribe CAPON FILAS debe regularse con el corazón, porque el corazón es “donde radica el principio de la vida en todo ser dotado de él “, según MAIMONIDES, el trabajo y su actor, el trabajador, deben ser objeto primordial del desarrollo social y de su manifestación política, porque, después de todo, se dirige al destino común de la necesidad y, hasta donde sé, nadie está exento de recibir los efectos de ésta. Asunto este, regido por la ética, desde cuya perspectiva, hay que “ mirar la vida con y por el otro dentro de instituciones justas “, dice Paul RICOEUR. Y mucho hay, en la Encíclica, que convenza que ese fin debe procurarse siempre.

 

             Cuántas veces nos detenemos para ver el rostro de las personas que circulan junto a nosotros por las calles, están en el supermercado, en la estación de servicios o en el parque, realizando actos idénticos a los que nosotros estamos cumpliendo, de acuerdo a funciones que en nada divergen de las nuestras y que responden al mismo origen y emplean el mismo esfuerzo e idéntico uso de células cerebrales y de actos de voluntad que nosotros? Cuando me detengo a reflexionar sobre esa idea, me doy cuenta de que nadie es ajeno a la falta de atención y que ésta debe fundarse sobre la excusa de que las exigencias de la vida moderna conllevan una prisa y una urgencia que extienden un velo sobre la más importante de las cualidades que conforman al ser humano- el Ser humano, que es uno solo, aunque pugnemos por creer que hay uno aqui y OTRO enfrente y sin posible común humanidad- que, creo, es la solidaridad. Si para dar prosperidad a los connacionales y conterráneos- esto, hasta cierto punto, desde luego- predican cerrar las fronteras, luchan por usar energías que envenenan el medio ambiente, no dudan en vender armas a naciones reconocidas por su régimen autocrático ( contradiciendo un discurso de apertura de las naciones a la vida democrática ), dejando de lado el interés de la humanidad, a la que interesa la interrelación entre individuos - así nacieron las sociedades humanas-, la existencia de un ambiente más puro, la ausencia de belicismo, algo se ha perdido de las enseñanzas que la historia ha dejado y que el uso de inteligencia debería preservar.

            Hemos olvidado mirar a la cara de las personas, para conocer sus necesidades valores, porque también el otro, que no soy yo, pero para el cual yo soy el otro, es fruto de la evolución de una especie que, dice la ciencia, maduró y se hizo más fuerte, sana e inteligente porque sus integrantes no dudaron en mezclarse, en trabajar de consuno, hasta que alguien imaginó, supongo yo, que nada de eso era útil y que sólo lo que él tenía y preconizaba era lo verdadero: no sé si la afirmación de Proudhon- que la libertad es un robo - es exagerada, que, empero, unida a la del Maestro Eckhardt, de que nada perdemos cuando damos limosna a un pobre, pero que ese pobre pierde lo que más valioso es para el hombre, su orgullo y estima personal, da una idea de que algo funciona mal en la sociedad actual, vuelta para el consumismo y, virtualmente, para la desaparición de la individualidad, como consecuencia de lo que llaman globalización o mundialización. Que nos falta la revelación de que hablaba Lévinas;  " coincidencia de lo expresado y del que expresa, manifestación, precisamente por eso privilegiada, del Otro hombre, manifestación de un rostro allende la vida ", porque  " la manifestación del rostro, es, ya, discurso "; y, por eso, impresiona la frase de Pilar del Río, la esposa de quien fue José Saramago, cuando, en entrevista para el diario " Zero Hora" de Porto Alegre (suplemento Doc., No. 68, 17 y 28 de junio de 2017; los errores de traducción deberán imputárseme ), dice: " Por encima de los lazos biológicos, están los lazos de la razón y de la conciencia. Dispense, pero no entiendo ese concepto tan pequeño de familia. Por qué es más importante la persona que está dentro de casa que la persona que está en la calle, pidiendo limosna? ".  Sólo que, para mí, la casa es el mundo y la familia somos todos quienes participamos de la especie sapiens sapiens, por obra de los" lazos biológicos "....; obra de la alteridad es que del yo al otro hay un camino, como el que existe entre el otro y yo y que ambos se reúnen, tan solo porque somos seres humanos.