Luces y sombras del Mercado de Trabajo: Se han recuperado el 75% de los empleos perdidos por la pandemia.
Autores: Oscar Cuartango y Luis Antonioli.
Oscar Cuartango,
abogado laboralista, ex Ministro de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires.
Conductor del Grupo Descartes
Luis Antonioli,
politólogo, ex Subsecretario de Empleo de la PBA. Investigador de FUNDITRA y
miembro del Grupo Descartes.
En las últimas semanas
se conocieron diferentes informes del INDEC sobre la situación socio económico
de nuestro país en los últimos meses, con el consecuente impacto de la epidemia
del Covid-19 y la emergencia sanitaria.
A su vez, al realizarse
la comparación interanual, debemos acentuar que los números del 2019 ya eran
muy malos por la crisis económica y social como consecuencias de las políticas
implementadas por la gestión anterior.
Por lo tanto, debemos
dimensionar la gravedad y precariedad económica y social en la que se encuentra
nuestro país, a la luz de esos indicadores heredados, agravados por la pandemia
sobreviviente.
El dato más doloroso,
que se publicó el 31 de marzo, correspondiente al segundo semestre de 2020, es
que en nuestro país el 42% de los habitantes viven en la pobreza, es decir 19
millones de personas, creció en 6,5 puntos porcentuales respecto al mismo
semestre de 2019. Como indicio positivo debemos señalar que se desacelero el
crecimiento de la pobreza respecto al primer semestre del 2020 ya que esta fue
del 40,9% en dicho semestre, pero no se logró revertir la tendencia a la suba. Además, el índice de indigencia es del 10,5%, creciendo
2,5 puntos porcentuales respecto al 2019.
Otros dato
preocupante son la caída del PBI en 9,9% anual
y una inflación del 40,7% interanual, mientras que el aumento salarial
general fue del 29,6%, con lo cual el
perdida de salario real fue 11% en el 2020, acentuando la caída registrada a
partir de las políticas implementadas en el gobierno de Juntos por el Cambio.
Desarrollado el
contexto, nos adentraremos en el informe
que publicó el INDEC sobre el Mercado de
trabajo correspondiente al cuarto trimestre del 2020, que abarca a 31 aglomerados urbanos de todo
el país con un total de 28,7 millones de personas, en este artículo ponderamos
los números para tener un aproximado del
total de la población del país.
La población
económicamente activa es de 20,4 millones de personas, lo cual arroja un Tasa
de Actividad del 45%, una Tasa de Empleo del 40,1% y una Tasa de Desempleo del
11% o sea, 2,1 millones de personas desocupadas.
Para comprender la
evolución del Mercado de Trabajo tenemos que analizar las tasas registradas en
el mismo trimestre del año anterior, o sea, el cuarto trimestre de 2019 y el
trimestre inmediato anterior, o sea el tercer trimestre del 2020. No hacerlo,
puede llevarnos a un análisis sesgado del comportamiento del mercado de trabajo.
Además tenemos que tener presente un retardo natural en el procesamiento y
construcción de los indicadores, recordemos que los datos del primer trimestre
de 2021 se darán a conocer a mediados de junio.
Al comparar el 4º
trimestre del 2020 con el del 2019, las estadísticas demuestran un claro
deterioro del Mercado de Trabajo, la tasa de activad disminuyo 2,2 puntos
porcentuales, la tasa de empleo tuvo una
caída 2,9 puntos porcentuales y la tasa de desempleo aumento en 2,1 puntos
porcentuales.
Respecto al trimestre
anterior (3º trimestre 2020) el mercado de trabajo mostro signos positivos al
recuperar gran parte de los puestos de trabajo perdidos y al disminuir las
restricciones a la circulación por la emergencia sanitaria. Esto se demuestra
en el aumento de la Tasa de Actividad en
2,7 puntos porcentuales, la Tasa de empleo registro el mismo aumente de 2,7
p.p., y la tasa de desocupación disminuyo
en 0,7 puntos porcentuales.
La excepcional
situación global generada por la pandemia también nos obliga a analizar detenidamente ciertos números para comprender
los índices expresados en los párrafos anteriores.
La Organización
Internacional del Trabajo (OIT) presentó en el mes de septiembre del año
pasado, la segunda edición de su “Panorama Laboral en tiempos de la COVID-19: Impactos
en el mercado de trabajo y los ingresos en América Latina y el Caribe ”, en el cual advierte de “la drástica contracción del
empleo, de las horas trabajadas y de los ingresos” a causa de esta Pandemia
global.
El Panorama Laboral
establece que durante esta crisis “34 millones de trabajadores perdieron su
puesto de trabajo (algunos de manera temporaria)”, según la información
disponible de 9 países que representan más de 80% de la población
económicamente activa de la región.
La tasa de ocupación (de la
región) llegó a 51,1% al primer semestre, representando una fuerte reducción de
5,4 puntos porcentuales respecto del registro del mismo período del año
anterior, lo que representa “un valor mínimo histórico”. Como se observa, la
pandemia extendió sus efectos nocivos por todo el mundo, pero sobre todo ha
desestabilizado a los países con economías más débiles, como los de nuestra
región.
Es de destacar, que las
contracciones en el empleo no han sido de igual magnitud para los diferentes
grupos de población, ya que las mujeres y los jóvenes constituyen el grupo poblacional que ha
sufrido con mayor intensidad la pérdida de empleo.
En nuestro país, la población económicamente activa, respecto a 2019, es
de 800.000 personas menos, con pandemia mediante, recordemos que la PEA tuvo
una baja de 4 millones de persona en el peor momento de la emergencia
sanitaria. Lo mismo ocurrió con la población ocupada, que es de un millón de
ocupados menos que en 2019, pero recupero 3 millones de puestos de trabajo
perdidos por la pandemia. O sea, para el último trimestre de 2020, ya se han
recuperado el 75% de los puestos de
trabajo perdidos por la emergencia sanitaria. También tenemos que
señalar que los números del 2019 ya eran malos después de la crisis económica y
recesión generada por las políticas aplicadas por el gobierno de Juntos por el
Cambio.
Por supuesto que no
son números para celebrar en un contexto donde todos los índices inter anualizados
son peores, tal como lo describimos supra, pero si, para ser auspiciosos por
las políticas implementadas por el gobierno nacional para evitar una caída
mayor frente a la crisis heredada y al impacto de la pandemia de Covid 19, como
por ejemplo las de evitar despidos masivos, sostener el empleo mediante el
Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP), ayuda con el Ingreso Familiar de emergencia
(IFE) y demás baterías de medidas de apoyo y alivio para las empresas y a la
población en general, las cuales al ir permitiendo gradualmente la reapertura
de actividades, rápidamente se han ido recuperando.
Los números del
primer trimestre de 2021 se conocerán recién el próximo mes de junio, los
indicios indican que el mercado de trabado y el nivel de actividad serán
similares a la pre pandemia.
En efecto, esta crisis
estaría exacerbando los elevados niveles de desigualdad existentes antes de la
irrupción de la pandemia, y, en consecuencia, los trabajadores más afectados
por la crisis están entre los sectores de población de menores recursos, con
empleos informales o en situación de desventaja y vulnerabilidad.
Ante una segunda ola
de pandemia, no repuestos aún de las consecuencias de la primera, y a partir del plan de vacunación y la
experiencia adquirida por la población en la prevención de su salud, el
gobierno consideró necesario tomar varias medidas a fin de limitar la
circulación social, y por tanto, la circulación del virus, que avanza a niveles
preocupantes de contagio. Estas nuevas
medidas de restricción, que generaron resistencia por parte de la oposición y
ciertos sectores sociales adheridos a ella, son, a entender de los firmantes,
necesarias y pertinente, aún cuando podamos objetar algunas cuestiones en su
forma de toma o aplicación, que en su caso, podremos analizar en otro contexto
y en otro marco social y económico, debido a la excepcionalidad que impone este
tiempo.
Volviendo al tema, un
párrafo aparte merece la situación del trabajo no registrado (TNR), que durante
los trimestres más duros del ASPO fue el sector más afectado por la
desocupación pero por una cuestión metodológica, o sea no se consideraban
dentro de la PEA porque no buscaban trabajo, en las estadísticas se veía un
importante baja del índice, pero al recuperarse la actividad la tasa de TNR
volvió a números similares a la pre pandemia siendo de 32,7 a finales de 2020, 4,3 millones de trabajadores no tienen aportes
jubilatorios ni acceso a una obra social.
En palabras del Director de la OIT para América Latina y el Caribe, Vinícius
Pinheiro, “Enfrentamos un desafío sin precedentes, el de la
reconstrucción de los mercados laborales de la región, lo cual implica
enfrentar fallas estructurales que se han agudizado con la pandemia, como son
la baja productividad, la alta informalidad y la desigualdad de ingresos y de
oportunidades de trabajo decente”,
Los indicios preliminares de
recuperación son una noticia positiva, pero el impacto de la pandemia en el
trabajo y en las empresas fue enorme, y el camino por recorrer es largo y
arduo. Es fundamental relanzar las bases para la reactivación de la economía
con seguridad sanitaria suficiente, de manera de priorizar la prevención de
contagios, y a su vez, asegurando condiciones favorables el funcionamiento de
los negocios y para la creación de más y mejores empleos.
El margen de
maniobras del gobierno es muy poco ante tamaña crisis inédita, nacional y
global, que en muchos casos se acentuó por errores o inacciones propias de lo
novedoso e inesperado de la experiencia para cuyo tratamiento no existían
antecedentes, obligando a improvisar, pero es importante remarcar que la única
salida real de la crisis es acentuando un circulo virtuoso de producción,
consumo, potenciando al mercado interno, a las Pymes y los salarios de los trabajadores, lo cual,
entre otras cosas, aumentará la recaudación fiscal tan necesaria para la ayuda
de los sectores más postergados de nuestro país y equilibrar las cuentas nacionales.
La historia nos demuestra que las políticas de ajustes solo funcionan en las teorías y en beneficio de los pocos que
tienen mucho.
Principales tasas del mercado de trabajo. Total 31
aglomerados urbanos. |
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Cuarto trimestre 2019-cuarto trimestre 2020 |
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2019 |
2020 |
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Tasa |
4° trimestre |
1° trimestre |
2° trimestre |
3° trimestre |
4º trimestre |
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Actividad |
47,2 |
47,1 |
38,4 |
42,3 |
45,0 |
||
Empleo |
43,0 |
42,2 |
33,4 |
37,4 |
40,1 |
||
Desocupación
abierta |
8,9 |
10,4 |
13,1 |
11,7 |
11,0 |
||
Ocupados
demandantes de empleo |
19,0 |
17,9 |
11,6 |
14,8 |
18,4 |
||
Subocupación
|
13,1 |
11,7 |
9,6 |
13,4 |
15,1 |
||
Subocupación
demandante |
9,5 |
8,2 |
5,0 |
8,1 |
10,3 |
||
Subocupación
no demandante |
3,6 |
|
3,5 |
4,6 |
5,3 |
4,8 |
|
Fuente: INDEC.
Encuesta Permanente de Hogares. |
PEA, Ocupados y desocupados. Total país. En miles |
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Cuarto trimestre 2019-cuarto trimestre 2020 |
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2019 |
2020 |
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4° trimestre |
1° trimestre |
2° trimestre |
3° trimestre |
4º trimestre |
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Población Económicamente activa |
21237 |
21.219 |
17.373 |
19.096 |
20.406 |
|
Ocupados |
19437 |
19.053 |
15.100 |
16.859 |
18.191 |
|
Desocupados |
1.890 |
2.205 |
2.271 |
2.238 |
2.214 |
|
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Fuente:
Ponderación propia en base a datos del INDEC. Encuesta Permanente de Hogares. |